Como cada vez el sol hace más daño, o hace el mismo, pero cada vez nos creemos más las recomendaciones de 9 de cada 10 dermatólogos, al último le da igual que te quemes, pues hemos adoptado con gusto la tendencia de llevar un sombrero a la playa.

A ver, los bonitos de verdad son los Panamá (enlace interesante a Casa Yustas de Madrid ) pero si hay un modelo que no pasa de moda, es el Cowboy. No es mi muy preferido, sin embargo este año los he visto de perder el gusto, decorados al estilo cherokee (no eran enemigos?) con plumas, con piedras, con pasamanería, con cuerdas....

Como en Andorra es dificilcasiimposible encontrarlos, el DIY es de nuevo una opción, contaré a grandes rasgos como he hecho el mío por si os sirve de inspiración, lástima que no he fotografiado el paso a paso, porque cuando arranco ya no paro, pero sí el resultado final:

En este caso se trataría de cubrir nuestro sombrero de paja liso, con pintura chalk paint,  dejar secar con él puesto en la cabeza (es un consejo que me invento, pero es que resulta que la pintura lo encoge un poco...) o de entrada ya casi mejor comprar uno de una talla un pelín más grande que la tuya. Y a partir de aquí, añadirle todo lo que se te ocurra y combine.

1. Pintar una primera capa verde mint y una segunda sólo a base de toques de gris (a ver si va a ser tanta pintura lo que lo encogió..) 
2. Atar 3 cintas (estas son de tela brillante, de madroñitos de fieltro, de puntilla) y una cuerda, colgando unas monedas de la cinta intermedia, 
3. Colgar unas bolitas de madera de la cuerda,  
4. Colocar delante dos plumitas. Rollo mixed. 

Así que si os da la vida y os animáis a hacerlo, me contáis, e igual convencemos al ultimo dermatólogo.

Un blog siempre me pareció algo muy cansado. Mucho trabajo para contarle tus cosas al mundo, considerando que al mundo lo más probable es que no le interese en absoluto lo que le cuentas.... 

Pero...es que a mi me gusta leer blogs. Algunos blogs. Y vivo en Andorra. Y sí, si que tiene que ver, porque esos blogs que me gusta leer son los que no parece que salgan de un inalcanzable limbo cool, sinó que los escribe alguien que ves que, oye, que le gustan las mismas cosas que a ti, y hasta parece que piensa y vive como tú...